José Elpido Rodriguez – Supervisor de Ingeniería

Desde su apertura, la mina de cobre Minera Panamá se había convertido en un pilar fundamental para la economía local y un símbolo de progreso para muchas comunidades panameñas. Entre los trabajadores que contribuyeron a su éxito se encontraba José Elpido Rodríguez, un supervisor de ingeniería que, con orgullo, había dedicado su esfuerzo a la construcción y el montaje de las estructuras que sostenían la operación de la mina. Sin embargo, en noviembre de 2023, la noticia del cierre de la mina cambió drásticamente el panorama para él y sus compañeros.

Antes del cierre, la mina no solo proporcionaba empleo, sino que también fomentaba un sentido de pertenencia y unidad entre los trabajadores. José recuerda con nostalgia los días en que compartía risas y camaradería con sus colegas, todos ellos panameños que se esforzaban por construir un futuro mejor para sus familias. Sin embargo, la realidad se tornó sombría tras el cierre. La economía local, que había florecido gracias a la mina, comenzó a desmoronarse. Las familias que dependían de los salarios de la mina se encontraron en una situación precaria, enfrentando la pérdida de sus hogares y la incertidumbre sobre su futuro. José, al observar el sufrimiento de sus compañeros, se dio cuenta de que el impacto del cierre iba más allá de lo económico; era un golpe devastador para el tejido social de la comunidad.

Muchas personas panameñas han perdido casa, trabajo o vida por el cierre de esta mina.

Una de las historias más trágicas que José nos comparte es la de una compañera que había conocido durante una gira de observación de aves en 2022. Esta mujer, llena de vida y sueños, había encontrado un nuevo trabajo tras el cierre de la mina, buscando maneras de sostener a su familia. Sin embargo, su búsqueda de un ingreso adicional la llevó a una situación fatal. Fue asesinada mientras trabajaba en una plataforma de transporte, un recordatorio desgarrador de cómo la falta de oportunidades puede llevar a consecuencias trágicas. Para José, la pérdida de su compañera simboliza el daño humano que el cierre de la mina ha causado, un daño que no se puede medir solo en términos económicos.

No voy a cambiar mis valores por una empresa, y aquí estamos haciendo minería responsable.

José se mantiene firme en su creencia de que la minería responsable es posible. A lo largo de su carrera, ha estado involucrado en grupos ambientalistas y ha defendido prácticas sostenibles. Su compromiso con el medio ambiente no es solo una fachada; es un principio que guía su trabajo diario. José sabe que la minería puede coexistir con la protección del entorno, y está decidido a demostrarlo. Con el cierre de la mina, José se convirtió en un defensor aún más apasionado de la reactivación del proyecto. Habla con fervor sobre la importancia de un plan de gestión segura que permitiría la reanudación de las visitas a la mina de personas externas. Cree firmemente que si los panameños pudieran ver de primera mano cómo se lleva a cabo la minería responsable, podrían comprender que no todo lo que se dice en las redes sociales o en los medios de comunicación es cierto. La mina, según él, no está contaminando ni utilizando los químicos peligrosos que muchos denuncian.

A pesar de las dificultades, José y sus compañeros continúan luchando por un futuro mejor, no solo para ellos mismos, sino para toda su comunidad. La pérdida de empleos y vidas es un recordatorio doloroso de lo que está en juego, pero también es un llamado a la acción. La minería responsable no es solo una posibilidad; es una necesidad para garantizar que las comunidades panameñas puedan prosperar sin sacrificar su entorno. El compromiso de José con la minería responsable y su deseo de ver a su comunidad florecer son ejemplos de cómo, incluso en los momentos más oscuros, la determinación y la solidaridad pueden prevalecer. La lucha por la reactivación de la mina no es solo una cuestión económica; es una cuestión de vida, de dignidad y de futuro. La voz de José y de muchos otros trabajadores debe ser escuchada, no solo para recordar lo que se ha perdido, sino para construir un camino hacia un mañana más brillante y sostenible para todos.